Los Ceja

Llego el día, 6:00 a.m. nos dimos cita en casa de la tia Guille, Pepe fué el utlimo en llegar, el pagaría las Chelas; Llego Toño, sin Jonas, razon: su hijo pogo tenia una perrilla, pues nos lanzamos los que estabamos: Toño (Mimi, Andy, Ivan y Ulises); Pepe y Angeles (Miguel, Itzel y Carlos); Toribio y Sujey (Alessandra, Ana Paula y el Sobrino Majimbu); Bob y Guille (Angela y Bobsin); Chilo y Mayte; Tia Guille, Mariana y Poncho; Omar y Osmar; Fernanda y Adriana... Pues el caso es que nos fuimos y Toribio tenia tanta prisa que nos perdimos, cada quien llego como pudo, sin desayunar y tratando de acomodar 28 personas en dos cabañas con capacidad para 16... no se pudo, pero eso valio madres, fuimos a la cascada que mas bien parecia miada de burro debido al caudal, pero eso también valio madres, Allí Pepe nos hidrato a todos con 37 botellas de agua que hurto de quién sabe donde, regresamos para preparar una exquisita carne asada, 6 kilos que se acabaron en menor tiempo del que Toño tardo en prender su asador, pero tambien nos valio madres, llego la tormenta con granizo, las cabañas no habian sido impermeabilizadas desde la guerra cristera y alli ya no nos valio tanto madres, por que los asadores comenzaron a apagarse debido a las goteras, la escalera de la sala parecia mas cascada, que la que vimos anteriormente, y el agua entraba por la terraza para salir por la puerta principal como Poncho por su casa, una vez pasada la tormenta habria que limpiar todo, ya que pareciamos refugiados de Kosovo, los niños parecian aborigenes asechando el campamento de lo enlodados y locos que estaban, pero el ánimo siguio en pie, aunque la edad no les permitio a algunos seguir la platica hasta que llegara la noche, verdad Toño?... Al dia siguiente la Guille se discutió los chilaquiles, 2-3 pero no había más, desayunamos y cada quién tomo rumbos diferentes, los traumados de las bicis, nos lanzamos a la aventura y los demas se fuerón a la plaza principal a pasar un buen rato. Aquí quiero agradecerles de todo corazón a todos, ya que realmente se portaron a toda madre, al cuidar de nuestros hijos perimitiendonos ir a pedalear por la sierra. Hay que decir que para el tiempo que teniamos sin salir juntos fue una buena experiencia, creo que no la pasamos a toda madre, y a pesar de los pesares le agradecemos de todo corazon a Toribio por la iniciativa, (Te Amo güey, me cae que sí) y esperamos poder volver a juntarnos, manquesea una noche a asar carne de nuevo, en la casa del que se atreva a recibirnos...